viernes, 28 de noviembre de 2014

¿Hasta qué punto es aceptable ser egoísta para conseguir la felicidad propia?
Muchas veces, la gran mayoría, he pospuesto la felicidad de los otros, sobre la mía; pero me ha llegado la ocasión, (esta en particular) en que realmente quiero y necesito algo nuevo en mi vida. Ésta situación me llevó a tal encrucijada, que me provoca malestares físicos y emocionales. Camuflar el llanto con el ruido de la lluvia de la ducha, intentar silenciar la propia mente con la música en los auriculares, las ojeras, por tanto insomnio, ya que los pensamientos nunca cesan... ¿Qué hacer? ¿Es justificable causar daño a alguien que realmente me preocupa sólo para conseguir por una sola vez algo que anhelo?
Pensar, pensar. Pensar tanto no ayuda, pero actuar impulsivamente en un situación como esta no considero que sea la mejor opción, habiendo implicadas más personas en este conflictivo dilema.
¿Cómo apaciguar las aguas que manejan el curso de los sentimientos y los pensamientos? Cabeza o corazón, ¿Qué elijo? ¿Podré estar en paz con mi conciencia más allá de mi decisión…? Creo que no.